La adolescencia es una etapa crítica en la vida de nuestros/as jóvenes y adolescentes, llena de cambios, inseguridades, presiones…, especialmente sensible a los problemas relacionados con la salud mental. Padres y madres desempeñamos un papel fundamental en el desarrollo emocional de nuestros hijos/as, labor en la que la Parentalidad Positiva representa una valiosa herramienta.
La adolescencia es un período complejo en el que todas las personas que conforman el grupo familiar enfrentan importantes desafíos emocionales y relacionales.
Comprender los conflictos de nuestros/as jóvenes y adolescentes sin censurarlos nos ayuda a establecer los vínculos afectivos que necesitan para su adecuado desarrollo psicosocial, bienestar y salud mental.
Aquellas personas adolescentes que se autovaloran y se sienten aceptadas y amadas por lo que son, sin condiciones, tienen menos probabilidades de sufrir problemas mentales o adaptativos. Al ser conscientes de sus emociones, les resultará más sencillo evaluar la situación en la que se encuentren y modular sus sentimientos e impulsos.
Por ello, es importante ayudarles a aprender estrategias de defensa y mecanismos psicológicos de adaptación que les ayuden a desarrollar todas sus potencialidades, ya que es su capacidad de adaptación la que les permitirá aclimatarse a las situaciones novedosas, recuperarse emocionalmente de las circunstancias adversas y les motivará a perseguir metas posibles y valiosas.
Sin embargo, la mayor contradicción para ellos/as está entre su necesidad psicológica de independencia y las dificultades para llevar a cabo conductas independientes en una sociedad adversa. Así, es normal que traten de separarse de sus figuras parentales para buscar una identidad propia, es decir, que buscan la diferencia para llegar a la afirmación de lo propio.
La Recomendación Rec (2006) 19 del Comité de Ministros del Consejo de Europa la define como: “ejercicio de la Parentalidad Positiva se refiere al comportamiento de los padres fundamentado en el interés superior del niño, que cuida, desarrolla sus capacidades, no es violento y ofrece reconocimiento y orientación que incluyen el establecimiento de límites que permitan el pleno desarrollo del niño”.
Frente al concepto de autoridad parental, plantea un control parental autorizado basado en el afecto, el apoyo, la comunicación, el acompañamiento y la implicación en la vida cotidiana de nuestros hijos e hijas como la forma de lograr una autoridad legitimada ante ellos, basada en el respeto, en la tolerancia, la comprensión mutua y en la búsqueda de acuerdos que contribuyan al desarrollo de sus capacidades.
Es decir, que en lugar de centrarse en castigos y reglas estrictas, la Parentalidad Positiva busca fortalecer los lazos familiares a través del entendimiento, la empatía y el refuerzo positivo.
1.Fomenta la autoestima: en la adolescencia, la confianza en sí mismos/as se tambalea con los continuos cambios físicos, psíquicos, emocionales y sociales, disminuyendo su autoestima, por lo que es importante reforzarles en sus capacidades para que ellos/as mismos/as puedan tomar las riendas de sus vidas y afrontar las dificultades con confianza.
Fomentar una autoestima positiva a través del reconocimiento y la aceptación contribuye significativamente a su salud mental. Sentirse valorados/as y apoyados/as favorece el desarrollo de una imagen positiva de sí mismos/as.
2.Promueve una comunicación abierta y libre de juicios: esto permite a nuestros/as adolescentes expresar sus pensamientos y sentimientos de manera honesta, fortaleciendo la confianza y proporcionando un espacio seguro para abordar preocupaciones o dificultades emocionales.
3.Desarrolla habilidades de afrontamiento: al contrario que el castigo, el aprendizaje de habilidades de afrontamiento ante los desafíos y conflictos ayuda a los/as adolescentes a manejar el estrés, la ansiedad y otros problemas de salud mental de manera constructiva.
1.Escucha activa: presta atención genuina a lo que tu hijo/a tiene que decir. La escucha activa fortalecerá vuestro vínculo emocional, demostrándole que sus pensamientos y sentimientos son valorados.
2.Refuerzo positivo: reconoce y celebra los logros, por pequeños que sean. El refuerzo positivo motivará y fortalecerá la autoestima de tu adolescente.
3.Establece límites claros: aunque la Parentalidad Positiva busca evitar el castigo excesivo, establecer límites claros es esencial, puesto que proporciona a los/as adolescentes la estructura y seguridad que necesitan.
4.Participación activa: involúcrate en la vida de tu hijo/a, conoce sus amigos, intereses y desafíos, pero sin invadir su espacio y respetando su privacidad. Una participación activa pero no intrusiva fortalecerá vuestra conexión emocional.
La adolescencia es un viaje de autodescubrimiento, y como padres y madres, estamos aquí para guiar, apoyar y amar. Pero a menudo, lidiar con adolescentes no es tarea fácil, y tampoco para ellos lo és.
La Psicología Coaching Familiar contempla los desafíos que enfrentan los/as adolescentes y sus familias, ofreciendo un enfoque positivo y comprensivo para la construcción de relaciones sólidas, el desarrollo de habilidades de adaptación y la promoción de la autoestima.
Si bien cada adolescente es único/a y puede enfrentar desafíos distintos, como Psicóloga especialista en Coaching Familiar os ofrezco un PLAN adaptado y basado en la Parentalidad Positiva, con el objetivo de fomentar un desarrollo positivo y saludable.