Desastres naturales (DANA): Apoyo psicológico y resiliencia organizacional

*Artículo – colaboración para «La Voz de tu Comarca».  www.lavozdetucomarca.info

*(Publicación gratuita impresa / digital del Camp de Morvedre, Nº 237 del 05/12/2024, Pag. 3).

 

Aunque ya han pasado semanas de la dramática DANA, superar sus consecuencias va para largo.

En estas situaciones de crisis como las generadas por desastres naturales, los Psicólogos/as del Trabajo, las Organizaciones y RRHH también desempeñamos un papel crucial en la recuperación psicológica de todas las personas en las empresas, independientemente del tamaño y sector.

Nos centramos en el entorno organizativo y social de los equipos desde un enfoque sistémico e integral, en coordinación con los profesionales de la Psicología especialistas en emergencias, duelo y trauma.

Más allá de los daños físicos, las secuelas psicológicas en los equipos de trabajo requieren una atención integral que permita a las empresas y sus empleados/as reconstruir sus vidas y actividades, lo que exige intervenciones a nivel individual, grupal y organizacional, orientadas a fomentar la resiliencia y el bienestar.

Apoyo individual y desarrollo de habilidades emocionales: es esencial proporcionar un espacio seguro para que los empleados/as expresen sus emociones y reciban orientación profesional. Esto incluye identificar necesidades específicas, como síntomas de estrés postraumático, y ofrecer herramientas de regulación emocional y técnicas de afrontamiento. Este tipo de apoyo permite a las personas fortalecer su resiliencia y adaptarse mejor a las adversidades.

Estrategias para grupos y equipos: las sesiones grupales de apoyo permiten compartir experiencias y estrategias de afrontamiento, promoviendo la cohesión y solidaridad entre compañeros/as. Además, la comunicación transparente y empática, liderada por gerentes capacitados/as, reduce la incertidumbre y fomenta un clima de confianza, clave para una recuperación conjunta.

Resiliencia organizacional y adaptación: a nivel organizacional, es necesario diseñar estrategias integrales que combinen aspectos económicos, psicológicos y sociales. Estas pueden incluir flexibilidad laboral, permisos especiales y teletrabajo, permitiendo a los empleados/as equilibrar sus necesidades personales y laborales. En este sentido, implementar programas de capacitación en resiliencia organizacional prepara a las empresas para responder con eficacia a futuros eventos adversos.

Promoción de una cultura empática y solidaria: fomentar la empatía, tanto dentro como fuera del entorno laboral, fortalece los vínculos comunitarios. Las empresas pueden liderar iniciativas de apoyo social, como acciones de voluntariado, que contribuyan a la recuperación colectiva y refuercen el propósito compartido entre los empleados/as.

Apoyo continuo y monitoreo del bienestar: la recuperación tras una catástrofe es un proceso prolongado. Por ello, establecer planes de seguimiento y evaluación del bienestar psicológico es fundamental. Esto permite identificar problemas persistentes y ajustar las estrategias de apoyo según las necesidades cambiantes del personal.

Es decir, que una catástrofe natural de estas características impacta profundamente en el bienestar psicológico de los trabajadores/as y en la operatividad de las empresas.

Que una respuesta integral que combine el apoyo psicológico, la flexibilidad y la sensibilización sobre la salud mental, no sólo ayuda y beneficia a los empleados, sino que fortalece la cohesión y resiliencia de la organización.

Y son las empresas las que también tienen un papel crucial en este proceso, construyendo entornos seguros y empáticos para superar juntos las secuelas de ésta y futuras posibles crisis.