¿Conoces la TelePsicología?

Seguro que sí sabes qué es, sobretodo por lo vivido durante la pasada pandemia por Covid, que supuso un antes y un después. Pero ¿qué pensarías si te dijera que la TelePsicología lleva siendo I+D+I desde hace más de un siglo? Sorprendente ¿verdad? 

La TelePsicología se define como la provisión de servicios psicológicos mediante tecnologías que permiten la comunicación no presencial, entre las que se incluyen: teléfono, email, texto, videoconferencia, apps y programas estructurados en webs (APA, 2013; Rees & Haythornthwaite, 2004).

Hoy en día, con los avances de la ciencia y la tecnología, contamos con muchos recursos que nos posibilitan el crecimiento y desarrollo, tanto en lo personal, como a lo que a nivel social se refiere.

Así, la salud, el bienestar y la calidad de vida, como áreas que nos implican a todas las personas de un conjunto social, también cuentan con un positivo impacto en cuanto a su evolución.

En las últimas décadas, se ha ido avanzando en la generación de sistemas tecnológicos que facilitan nuevas formas de comunicarse y transmitir información, posibilitándolo a distancia, y de forma rápida, accesible y eficaz entre los profesionales de la Psicología y los clientes/pacientes.

La Psicología, como ciencia en continuo avance, y firmemente integrada en nuestra sociedad, no queda ajena a esta revolución de las comunicaciones. Prácticamente, todos los profesionales de la Psicología, en sus diferentes ámbitos de actuación (clínico, organizacional, social, deportivo, educativo, jurídico…), hacemos uso de medios tecnológicos.

Así mismo, la reciente crisis pandemia, ha provocado necesariamente un mayor uso de los servicios sanitarios y psicológicos a distancia y el teletrabajo, reforzando y acelerando la consolidación de las TIC como forma alternativa, y a veces única, de interacción.

La Intervención Telepsicológica, abarcando casi todas las actividades en Psicología (información, psicoeducación, evaluación, counseling, coaching, psicoterapia…), no representa una nueva especialidad, pero sí requiere que los profesionales de la Psicología ampliemos nuestras competencias técnicas, y adaptemos los servicios tradicionales a clientes remotos, a través de medios electrónicos y redes sociales.

 

Concepto y breve historia.

A grandes rasgos, entendemos la Psicología como la ciencia que tiene como objetivo el estudio y análisis de los procesos mentales, el comportamiento humano, y sus interacciones con el ambiente físico y social.

La palabra Psicología proviene del griego, y significa «estudio o tratado de la psique o alma». La palabra Telepsicología, por tanto, también proviene del griego, y significa «estudio del alma a distancia»:

  • Psykhé = alma, psique o actividad mental.
  • Logia = estudio o tratado.
  • Τελε (tele) = distancia.

Para contextualizar históricamente el uso de la TelePsicología, debemos recurrir primero a la aparición de la Telemedicina, de la que encontramos información desde el año 1924, aunque no fue utilizada en consultas de psiquiatría hasta 1950.

En esta década, se aplicó con el objetivo de ayudar al Instituto Psiquiátrico de Nebraska a proporcionar herramientas y cuidados del paciente a una variedad de tipos de población.

No obstante, el término TelePsicología fue utilizado por primera vez por Dwyer en 1973, aunque sin mucho impacto, y sólo se implantó en algunas partes de Australia y Nueva Zelanda, donde las distancias son muy extensas.

Por otra parte, encontramos referencias que podemos calificar de significativas desde hace mucho más tiempo:

  Entre 1887 y 1904, Sigmund Freud se comunicó mediante correspondencia con Wilhelm Fliess, registrando el proceso de la indagación y tribulaciones del autoanálisis, y los descubrimientos en el campo de su teoría.

  En 1909, también Sigmund Freud, publicó el análisis de la fobia de un niño de cinco años («Caso Juanito»), que fue realizado en base a la comunicación con el padre del niño.

  Ya en 1967, François Dolto recibía cartas con consultas respecto a diversos aspectos de la infancia, y respondía a las mismas en un programa de radio francés.

  En 1986, Dear Uncle Ezra, sitio web conocido como «Tío Ezra», realizaba asesoramiento psicológico a estudiantes de la Universidad de Cornell.

Además, existen diversos trabajos que constatan la eficacia de las intervenciones a distancia relacionadas con distintas patologías, como el Trastorno de Pánico, Depresión, Estrés, Fobia Social, etc.

 

Términos y conceptos generales.

Actualmente, existen diversos términos que describen los servicios de Psicología a través de internet:

  TelePsicología: bajo el término de TelePsicología, se enmarca toda la actividad psicológica realizada con el apoyo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC).

  Asesoramiento o intervención telepsicológica: servicio de ayuda psicológica con un/a psicólogo/a y un cliente/paciente a distancia, a través de email, mensajería instantánea o chat, y videoconferencia, entre otros.

  Intervenciones estructuradas en web: programas altamente estructurados que se desarrollan en una plataforma, con un objetivo de cambio terapéutico o educativo.

  Software terapéutico: intervenciones mediante tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial (robots, sistemas de diagnóstico, realidad virtual, realidad aumentada…).

  Otras actividades online: entre las que se incluyen blogs, apps, apoyo a grupos, etc.

 

Apoyo empírico.

Cada vez existe mayor apoyo empírico a las intervenciones TelePsicológicas. Los ensayos controlados realizados hasta el momento muestran, en términos generales, que las intervenciones psicológicas online generan cambios en el comportamiento, en comparación con los grupos de control, demostrando su eficacia para una amplia diversidad de problemáticas, principalmente desde una perspectiva cognitivo-conductual (Andersson, Rozental, Rück, y Carlbring, 2015; Grist y Cavanagh, 2013; Rigabert et al., 2018; Zhao et al., 2019).

Así mismo, se extienden los estudios que abarcan otras perspectivas, sumando evidencia en el mismo sentido. Los estudios de metaanálisis muestran, además, que la intervención TelePsicológica obtiene una eficacia similar a la presencial, y que no se encuentran diferencias en cuanto a la calidad de vida, la satisfacción y la credibilidad del tratamiento (Egede et al., 2016).

 

 

Principales ventajas y razones.

  Accesibilidad: facilita el acceso a colectivos que presentan dificultades para acudir a servicios presenciales (jóvenes, diversidad funcional, movilidad reducida, centros sanitarios saturados o lejanos, áreas rurales o extranjero, viajes, preferencias personales…).

  Facilidad de inicio de terapia psicológica en algunos casos: alternativa de acceso a una ayuda psicológica inicial para personas con dificultades para acceder a la presencial. Por ejemplo, personas con problemas de ansiedad social, agorafobia, depresión o ideación suicida.

  Rentabilidad y eficiencia: se reducen tiempos y gastos de desplazamiento, lo que por tanto, contribuye también a la sostenibiidad y cuidado de nuestro planeta

  Mantenimiento de la regularidad: posibilidad de mantener un contacto regular y continuado en casos en los que no es posible de forma presencial. Por ejemplo, personas que viajan con frecuencia.

  Disponibilidad de la información: la información del cliente (historia, resultados de pruebas…) es fácil y rápidamente accesible para profesionales y clientes.

  Puede favorecer el desarrollo de la comprensión más exhaustiva del entorno del cliente.

  Facilidades tecnológicas para profesionales: permite mayor intercambio de información entre profesionales, y facilidades en registros y análisis de la información recabada.

  Apoyo empírico en las intervenciones Telepsicológicas: como ya he comentado, existe un creciente número de investigaciones que apoyan el uso de las tecnologías, representando una ventaja y razón más.

 

Principales desventajas y limitaciones.

  Uso desigual: las tecnologías no son utilizadas por muchos colectivos, como personas mayores, por ejemplo, o en ciertas áreas con problemas de conexión a internet.

  Dificultades legales, deontológicas y riesgos en la información: los profesionales debemos ampliar nuestra formación técnica, así como respecto a la normativa legal y recomendaciones éticas. Además, la información del cliente disponible por diferentes medios aumenta los riesgos y necesidades de protección de la información.

  Existen mayores dificultades para asistir a las personas que requieren atención en crisis: puede resultar una intervención con más riesgos si éstos no se prevén.

  La distracción del cliente o la capacidad reducida para evaluar el lenguaje corporal de los clientes durante las sesiones: podría afectar al curso de éstas.

  Es un área en expansión: aunque ya existe evidencia empírica, necesitamos de mayor investigación sobre las condiciones en las que estas intervenciones son más eficaces y de qué manera se logra.

 

Confío en que esta pequeña aproximación a la TelePsicología te resulte una información interesante y de utilidad. Si quieres saber más, tienes algún comentario o duda, o estás pensando en probar, contacta conmigo y te ofreceré toda la información que necesites para que puedas decidir por tí mismo/a.

 

Y si lo prefieres, también puedes explorar más en:

Autocuidado y Bienestar:descubre cómo la TelePsicología Coaching puede mejorar tu vida

Mi artículo para Psicología y Mente: TelePsicología: Psicología I+D+I desde hace más de un siglo

 

 

Fuentes: Telepsicología, Guías COP; FOCAD «Intervención telepsicológica: la práctica»; Psicológica Network, We Doctor.