¿Por qué volvemos a estresarnos tan rápido tras las vacaciones?

*Artículo – colaboración para «La Voz de tu Comarca».  www.lavozdetucomarca.info

*(Publicación gratuita impresa / digital del Camp de Morvedre, Nº 233 del 03/10/2024, Pag. 3).

 

El regreso al trabajo después de unas merecidas vacaciones suele traer consigo una sensación desconcertante: esa impresión de que, a pesar del descanso, en cuestión de días, el estrés vuelve a ser el protagonista de nuestra rutina. ¿Por qué ocurre esto?

Desde la Psicología del Trabajo, hay varias razones que lo explican, relacionadas con el funcionamiento de nuestro cerebro, nuestros hábitos laborales y el ambiente de trabajo.

Uno de los principales factores que contribuye a este fenómeno es el proceso de adaptación que experimentamos. Durante las vacaciones, nos alejamos de las demandas laborales y nuestro cerebro se adapta a un ritmo más relajado, lo que disminuye nuestros niveles de cortisol, la hormona del estrés.

Sin embargo, al regresar al trabajo, nuestro cerebro debe ajustarse rápidamente a las exigencias habituales. El cambio brusco en los niveles de actividad y responsabilidad nos provoca una respuesta de estrés que puede hacernos sentir como si nunca nos hubiéramos ido.

Y esta situación es particularmente común en entornos de trabajo muy demandantes o con falta de medidas de bienestar laboral.

Además, existe una tendencia a que regresemos al trabajo con altas expectativas. Tras las vacaciones, solemos proponernos ser más productivos o cambiar ciertos hábitos laborales.

No obstante, en muchas ocasiones, estas expectativas no se alinean con la realidad de nuestro entorno de trabajo, lo que genera frustración y estrés adicional. La combinación de nuevas demandas, sumadas a las tareas acumuladas, puede hacer que el regreso lo percibamos como abrumador y desorganizado.

Otro aspecto que considerar es el  agotamiento mental. Estudios recientes muestran que el descanso vacacional es básico para restaurar las funciones cognitivas, pero que no siempre es suficiente para revertir el desgaste mental acumulado.

Las vacaciones pueden aliviar temporalmente los síntomas de agotamiento, pero si las condiciones laborales no mejoran (falta de descanso durante la jornada, ambientes tóxicos, largas jornadas), el estrés reaparecerá rápidamente. Es decir, que el nivel de bienestar laboral juega un papel clave para prevenir este efecto.

En este sentido, el entorno laboral en el que nos reincorporamos es determinante. Si volvemos a un ambiente que no promueve la salud mental ni reduce los riesgos psicosociales, la sensación de agotamiento y estrés será más pronunciada.

Según la Organización Internacional del Trabajo (OIT), las empresas que invierten en el bienestar de sus empleados (ofreciendo apoyo emocional, flexibilidad horaria o medidas de conciliación), no solo mejoran la satisfacción de su plantilla, sino que logran un aumento de la productividad y una reducción del absentismo laboral.

Por tanto, para mitigar este “estrés postvacacional”, es fundamental implementar estrategias personales y organizacionales.

A nivel individual, se recomienda programar el regreso con antelación, organizar el trabajo por prioridades y evitar sobrecargarse desde el primer día.

A nivel organizacional, resulta clave fomentar una cultura laboral saludable, que ofrezca espacios de descanso, apoyo emocional y flexibilidad para facilitar una reincorporación progresiva.