*Artículo – colaboración para «La Voz de tu Comarca». www.lavozdetucomarca.info
*(Publicación gratuita impresa / digital del Camp de Morvedre, Nº 215 del 07/12/2023, Pag. 3).
Como cada año, y cada vez antes, podemos declarar inaugurada la temporada navideña, llena de luces brillantes y risas festivas, prometiendo alegría y celebración. Pero el “estrés navideño” puede acechar en las sombras, también en el ámbito laboral, y convertirse en una encrucijada emocional para muchos/as, afectando al bienestar psicológico de empleados/as.
Aunque podría parecernos lo contrario, el estrés navideño y el bienestar laboral están íntimamente relacionados, por lo que abordar esta relación desde una perspectiva psicológica es esencial para ayudar a las empresas en su comprensión y toma de medidas proactivas que contribuyan a garantizar un entorno laboral saludable y sostenible.
Desde un punto de vista psicológico, el estrés navideño se nutre de la necesidad de cumplir con estándares idealizados: regalos perfectos, decoraciones impecables, reuniones felices y la ineludible sensación de “la época más maravillosa del año”. Sin embargo, este ideal choca a menudo con la realidad, generando tensiones adicionales que afectan directamente a nuestro bienestar.
Esta presión asociada a la temporada navideña puede manifestarse de diversas formas en el entorno laboral. Por ejemplo, la combinación de plazos ajustados antes de las vacaciones, la presión para cumplir con las expectativas sociales y laborales, y la fatiga acumulada a lo largo del año, pueden generar un cóctel perfecto para el estrés. Y no digamos ya si en nuestro trabajo o empresa la Navidad es clave e implica “temporada alta”.
En este sentido, desde la Psicología del Trabajo y las Organizaciones evidenciamos que un empleado estresado, no sólo experimenta una disminución del rendimiento, sino que también enfrenta claros riesgos para su salud mental y física. Por ello, implementar estrategias que contribuyan a mitigar el estrés navideño puede formar parte de la inversión en bienestar laboral y, por ende, en productividad.
Algunas de esas estrategias, podrían ser ofrecer flexibilidad en los horarios, establecer expectativas realistas o proporcionar recursos para el manejo del estrés, como sesiones de asistencia psicológica o programas de bienestar emocional.
Así mismo, es imprescindible reconocer la importancia de una comunicación abierta y fomentar un ambiente en el que empleados/as se sientan cómodos expresando sus preocupaciones y necesidades, promoviendo la empatía y el apoyo entre compañeros/as, lo que contribuye significativa y positivamente a la gestión del estrés y a la creación de un entorno más resiliente y positivo.
En última instancia, reconocer y gestionar el estrés navideño no sólo beneficia a los empleados/as individualmente, sino que también fortalece la cultura organizacional. Las empresas, al integrar prácticas psicológicas centradas en la persona y en el bienestar, no sólo impulsan el ánimo de su equipo, sino que también sientan las bases para un inicio de año más equilibrado, saludable y productivo.